MEDIA COLUMNA
¡La Constitución de 1979 fue parametrada!
Jorge Morelli
Es
Alejandro Aguinaga quien ha tenido el mérito de hurgar en la memoria
colectiva y recordarnos a todos cómo, en efecto, se produjo el
nacimiento de la Constitución de 1979, por cuyo espíritu y principios ha
jurado el presidente Ollanta Humala.
El
decreto ley 21949, de octubre de 1977, convocó a elecciones para una
Asamblea Constituyente, al final de doce largos años de dictadura
militar. El primero de sus considerandos señala “que es
necesario institucionalizar las transformaciones estructurales que se
vienen llevando a cabo desde el 3 de octubre de 1968”, fecha del golpe militar de Juan Velasco Alvarado. El artículo 2° reza: “la
Asamblea Constituyente tendrá como exclusiva finalidad la dación de la
nueva Constitución Política del Estado, la que contendrá esencialmente,
entre otras, las disposiciones que institucionalicen las
transformaciones estructurales que viene llevando a cabo el Gobierno
Revolucionario de la Fuerza Armada”.
Este
tipo de “transiciones a la democracia” ha sido objeto de estudio en la
universidad de Yale. Guillermo O´Donnell las llamó “transiciones
negociadas”. La triste verdad es que la Constitución de 1979 fue el
fruto de una transición parametrada, el producto de una negociación para
entregar el gobierno a la clase política a cambio de que ésta
mantuviera las “transformaciones estructurales” del fracasado
experimento velasquista. A este canje abyecto se avinieron todos.
Entregar
el gobierno, sin embargo, no el poder. El propio general Francisco
Morales Bermúdez, entonces presidente de la República, así lo aclaró en
entrevista de diciembre de 1977. Precisó que se trataba de una
“transferencia de gobierno, y no de poder”. Es más, amenazó con que “si
la Constituyente no reafirma las reformas estructurales…, el gobierno de
facto anula pues la Asamblea y se acabó toda la historia… Si no hay
reforma, se anula el proceso y sigue pues el gobierno miltar, conmigo o
con otra persona. Esa es la verdad”, confesó.
Esta
es entonces la verdadera partida de nacimiento de esa constitución
parametrada. Es por eso que Fernando Belaunde no permitió que Acción
Popular participara de esas elecciones, estuvo ausente de la
Constituyente y ganó las elecciones de 1980. La misma razón que llevó a
Javier Diez Canseco y a la izquierda a negarse a firmarla cuando estuvo
terminada. La misma razón por la que Belaunde, una vez en el gobierno,
mantuvo en sus cargos a los altos mandos militares. La misma razón por
la que nunca se investigó ni sancionó los latrocinios cometidos en los
doce años del Gobierno revoluciaonario de la Fuerza Armada. Es lo que
pasa con las “transiciones negociadas”
Esta
es, pues, la Constitución parametrada que algunos pretenden
restablecer, de cuyo “espíritu y principios” están orgullosos quienes
ignoran la verdad o, conociéndola, no les importa y están de acuerdo con
ese parametraje porque es el suyo.
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