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domingo, 6 de marzo de 2011

KEIKO: El Perú de ahora se forjo con la Constitución de 1993






Los peruanos siempre nos hemos caracterizado por ser creativos y trabajadores, sólo era necesario crear las condiciones para un nuevo modelo económico, que se forja en la Constitución de 1993 y nos asegurara su permanencia en el tiempo. Sólo era necesario un país en paz, sin conflictos internos ni externos y reinsertado en la comunidad financiera internacional. El Perú inició así el camino hacia la modernidad. Tuvimos un enfoque de largo plazo, que en lo esencial se ha continuado, haciendo posible que pasemos de ser un país con un PBI de $45,000 millones en el año 90, a uno con $150,000 millones en la actualidad. Hoy nadie duda que en los últimos 20 años hemos avanzado consistentemente, pero todavía existen grandes inequidadess que no han podido ser superadas. Y mientras subsistan esas grandes diferencias, el Perú no podrá ser jamás un país plenamente competitivo.

El Ranking Doing Business 2010 del Banco Mundial sitúa al Perú en un excelente puesto 36, que demuestra que nuestro país pasa por un gran momento. Sin embargo, por otro lado, en el plano nacional, la reciente comparación de competitividad regional realizada por CENTRUM, nos permite contrastar las dos caras que tiene nuestro país. En una escala de 0 a 100, en la cima de la competitividad está Lima y Callao con 74 puntos y al otro extremo de la tabla encontramos a regiones con solo 18 puntos. En los 17 años que vengo recorriendo el país, he logrado entender ese Perú que crece y se desarrolla, cada vez más competitivo, pero también a ese otro Perú: marginado, alejado y olvidado, que tanto espera de nosotros. Ese Perú que exige nuestro más profundo compromiso y que clama tan sólo por una oportunidad. No cabe duda que todos los aquí presentes conocen el Perú moderno. Permítanme a través de las cifras, remitirme al otro Perú: al de Puno, Apurímac o el de Huancavelica, donde 2 de cada 3 pobladores sólo habla quechua, donde sólo 1 de cada 5 pobladores tiene agua potable dentro de su vivienda y más de 18,000 mujeres menores de 14 años, ya tienen hijos.
Para ellos, la palabra crecimiento no existe y cuando escuchan hablar de las grandes cifras de un Perú en pleno desarrollo, sienten que esa realidad les es ajena. Y quiero en este punto hacerles una pregunta a todos ustedes: ¿Que creen que están pensando los damnificados de Calca, aquí mismo en el Valle del Urubamba, cuando ven este gran foro, mientras ellos están hace 9 meses durmiendo en carpas? No podemos permitir que esa situación de inequidad se mantenga, porque no es justo y porque estamos desperdiciando un gran potencial de recursos humanos valiosos. Por eso MI RETO ES COMPARTIR EL CRECIMIENTO. 
El reto para el Estado es entonces equiparar el desarrollo, es decir, invertir con un criterio social. El verdadero desafío es forjar ciudadanos competentes para alcanzar un país más competitivo. De allí, la especial importancia de compartir el crecimiento.




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